Llevamos muchos años casados, y la idea de quitarme la ropa delante de otro hombre me asustaba un poco. Sin embargo, quería regalar algo especial a mi marido, y me habían hablado bien de este sitio.
Empezamos hablando tranquilamente del tema, y estudiando varias fotos para ir eligiendo las fotos que me gustaba. Pasamos al estudio - No era muy grande, y por lo tanto no me sentía muy vulnerable. Era bastante cómoda.
El fotografo me decia como posar para sacar buenos ángulos, como poner los brazos, las piernas y como estirar el cuerpo... Creo que quemé más calorias ese día que en mi clase de zumba!
Estoy muy orgullosa de mis fotos. Mi marido empezó a sudar cuando se las presenté en nuestro aniversario y se quedó sin palabras durante un buen rato!