Esta semana he tenido el placer de conocer a una joven profesional que buscaba una forma de escapar de sus obligaciones laborales, y desconectar durante unas horas, disfrutando de una experiencia diferente - algo que le permitiría olvidar del estrés cotidiana.
Me dijo que hacía la sesión para ella - para recordar que puede hacer cosas que le hacía sentir sexi, y dejar caer la fachada que tiene que presentar mientras esté en el trabajo.
Hicimos un reporaje "a luz de vela" con lencería elegante, conseguiendo unos retratos llenos de eroticismo, sin nada de vulgaridad.
Empezamos la sesión con unas fotos muy sencillas, mientras charlamos un poco de la vida, de sus motivos para hacer la sesión y de las últimas series de Netflix. Los nervios desaparecieron muy rápidamente y dentro de muy poco tiempo estabamos sacando fotos de lencería con unos resultados muy naturales.
Siempre es importante que la modelo confia en el fotográfo. Es casi imposible hacer buenas fotos si la persona no se siente cómoda y relajada delante de la camara - sobre todo en los retratos de lencería, donde hay una vulnerabilidad que no existe en otros tipos de fotografía. Cuando la persona siendo fotografiada no esté acostumbrada a ser fotografiada, o si siempre "sale mal en las fotos", pues la confianza es incluso más importante.
Aquí ves algunas de las fotos realizadas durante la sesión.
Ha quedado muy contenta con el resultado. Optamos por una terminación en blanco y negro para añadir un toque artístico a las fotos finales, que serán un muy buen recuerdo de que por muy sería que tiene que estar en la vida laboral, hay partes de la personalidad que debemos de nutrir con experiencias así.